domingo, 15 de junio de 2014

Cosas que yo no comprendo



El otro día leí un artículo en un suplemento dominical, titulado "Vivir al borde del naufragio" (no he encontrado en la red un enlace mejor, lo siento). El artículo versaba sobre cómo el deshielo de glaciares y casquetes polares, provocado por el cambio climático, iba a repercutir en el aumento del nivel del mar y que ese aumento era un peligro para la Humanidad. Vale que los sumplementos dominicales no son las plataformas adecuadas para tratar asuntos importantes, pero...

El deshielo de glaciares, Groenlandia, Antártida y todo eso... ¡se dicen tantas cosas! Y el problema es que la mayoría de las cosas que se dicen son espectaculares, y al igual que los árboles y el bosque, uno fácilmente se queda sólo en eso, en la espectacularidad.

Por ejemplo, en este caso se dice que el nivel del mar subirá dos metros. Todos nos llevamos las manos a la cabeza, decimos ¡qué barbaridad!, y ya está. No pensamos.

¿Alguno sabe explicar realmente las mareas? En la bahía de Baffin llegan a ser de 16 m de altura, en la bahía de Fundy (también en Canadá) parece ser que incluso de 21 m. Esa misma marea, en alta mar, produce un desnivel de 1 metro. Probablemente usted no sabe explicar con rigor cómo es esto, pero se imaginará una especie de ola gigantesca...

También sabe que la superficie del mar no es lisa: están las olas, que entiende provocadas por el viento y el rozamiento aire-agua. Y sabe que en cada ola hay mini olas que la reproducen, y en las miniolas microolas, en un fractal perpetuo. En un nivel local, sabe que el mar no es una balsa de agua quieta. A nivel planetario, también. Sabe que en Tarifa hay una corriente muy fuerte del Atlántico al Mediterráneo (quizá no sepa que es porque en el Mediterráneo se evapora más agua de la que aportan los ríos y el mar tiende, pues, a vaciarse). Pero siempre piensa usted en los océanos como balsas gigantes de agua.  Es lo que dice el sentido común.

Sin embargo, en los 80 el Geosat, un satélite artificial cartográfico diseñado específicamente para esto, midió que la superficie del agua es como la piel de una patata. Más o menos lisa, pero llena de protuberancias y boños, hasta el punto de que... ¿creería usted que la diferencia en el nivel del mar entre India e Islandia es de 170 m? Piense en la Tierra como una patata, y comprenderá que sí puede ser.

Mapamundi de la topografía de la superficie de los mares
(The official bibliographic citation for this product is: Smith, W., and Sandwell, D., 1997, Measured and Estimated Seafloor Topography, World Data Service for Geophysics, Boulder Research Publication RP-1, poster, 34" X 53)
Por otro lado, está el hecho de que la Tierra no es esférica: los polos están 21 km más cerca del centro de la Tierra que el ecuador. Es decir, están 21 km más bajos. Si hablamos de roca, se entiende, pero hablando de agua choca un poco. De nuevo, choca porque hacemos simplificaciones mentales; en realidad, hay muchos factores que contribuyen a que el agua se mantenga en el ecuador 21 km más alta que la de los polos.

Así que estará de acuerdo en que decir, alegremente, que el deshielo producirá un elevamiento del nivel del mar de 2 m... dejémoslo en que es poco riguroso.

Pero yo les quería hablar del artículo del suplemento. En una idea que, además, cree importante, porque lo resalta en negrita y como texto clave: "Ante el avance del mar, los expertos en cambio climático han pedido a Alemania, Holanda, Francia y España que fortifiquen sus costas".

Cuando leí esa frase, se lo aseguro, no se me ocurrió otra cosa que levantar la vista y exclamar en voz alta: ¡sopla! Las ideas acudían a mi cabeza tumultuosas, una detrás de otra, encadenadas y enmadejadas. Y, simplificando, esto es lo que querría decirles:

1) ¡Menuda melonada! La acción del hombre está alterando el comportamiento natural del planeta y la recomendación es combatirlo con más tratamiento artificial. Luchemos, resistamos, enfrentémonos a las fuerzas planetarias, pongamos puertas al campo. Caray, si yo fuera un experto en cambio climático, mi consejo sería más o menos del tipo: "seres humanos, están ustedes estirando de un hilo muy delgado, deben aflojar. Su comportamiento de explotar y reformar el planeta les va a pasar factura y el nivel del mar va a subir, vayan desplazándose de las costas hacia el interior; y no se preocupen por quedar lejos de la playa, ya se acercará ella sola".

2) La segunda idea es que los periodistas han interpretado mal a los expertos en cambio climático. Dado el historial de cualquier periodista, esta opción nunca debe descartarse. ¿Qué tipo de periodista trabaja en los suplementos dominicales de la prensa española? Hum, me temo que no los más rigurosos. Y la pregunta subsiguiente es: ¿qué tipo de control reciben los artículos que pueblan los dominicales de la prensa española?

3) Pero hay una tercera idea: ¿qué tipo de "experto en cambio climático" se relaciona con los periodistas? No me extrañaría que la idea proclamada haya pasado por diecisiete manos distintas desde las conclusiones de los verdaderos "expertos en cambio climático" hasta la nota de prensa.

4) Por cierto, ¿dónde se dan carnets de "experto en cambio climático"? ¿Hay profesores? ¿Tienen esos expertos un largo historial de actuaciones ¡y éxitos! que les otorguen el calificativo de "expertos"? ¿Son simplemente estudiosos del cambio climático? Porque, en mi opinión, si realmente son éstas las soluciones que aconsejan...

5) Pero sobre todo, lo que más boquiabierto, cariacontecido, anonadado, me deja es: ¿Cómo es que el cambio climático sólo merece un articulito de fotos con texto en el suplemento dominical del periódico? Quiero decir, no se me ocurren muchos problemas mayores: el fin de nuestras fuentes de energia, la escasez de ciertos minerales claves en nuestra cultura, la inversión demográfica y no muchos más. ¿Y no afrontamos los problemas que se nos vienen encima? ¿Acaso es cosa de otros, el hacerlo? ¿Deben ser los "expertos en cambio climático" los que encuentren las soluciones, las cuales además no deberán requerir ninguna colaboración por nuestra parte? ¿Cómo es que nos preocupa mucho más el calor que hará en el Mundial de fútbol de Qatar en 2022, si ni siquiera sabemos cómo llegaremos al 2022? ¿Cómo es que vivimos tan felices, si no somos ignorantes?

Personalmente, no estoy preocupado por el cambio climático. Porque pienso que no lo conseguiremos. Cambiar el clima del planeta, quiero decir. Podemos (y lo estamos haciendo) apuntarnos algunos tantos en el combate, pero, simplemente, carecemos de energía suficiente. Y ése es, en mi opinión, el verdadero problema al que nos enfrentamos, y la verdadera causa de nuestro futuro llanto y rechinar de dientes. Pero es sólo mi opinión, y la reconozco francamente minoritaria. Hoy, el cambio climático es oficialmente el problema número uno al que nos enfrentamos. ¿Y nos enfrentamos así?

¿Creen ustedes que el problema que anuncia la revista lo vamos a detener a tiempo? ¿Creen acaso que el futuro nunca llegará? ¿O es que reciclando los envases de la leche y poco más es suficiente?

Hay cosas que yo no comprendo.




Mike Oldfield - Tubular Bells


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